La historia de restauración empieza en el momento que el hombre comienza a valorar su patrimonio heredado, cuidando y apreciando las obras de sus ancestros.

Nuestro patrimonio es tan antiguo como la humanidad y en la intervención de la conservación y restauración de las obras de arte no existe nada definido para saber dónde se inicia y donde termina.

Los materiales, técnicas, y nuestro criterio de reservación cambian con el paso del tiempo, al igual que el inexorable deterioro de las obras de arte. La prudencia, humildad y extrema precaución de mantener intacto nuestro patrimonio parecen ser la única guía confiable.

Estas lecciones son, sin duda, una tarea progresiva al tratamiento de la conservación y restauración. Por un lado, la conservación está orientada a asegurar la supervivencia física de las obras de arte, ya sea en escultura, pintura o murales al físico y al temple. Por otro lado, la restauración apunta a restituir la experiencia inicial de dichas obras.

Seguimos una serie de procesos de ardua examinación, para hacer los primeros registros de la historia clínica de cada obra, cambiando técnicas artesanales y principios científicos para tratar la obra.

Un equipo de profesionales altamente capacitado es el encargado de llevar adelante los trabajos y obras que nos encargan.